Comenzamos un fin de semana muy especial: 5 y 6 de diciembre de 2020. Hace tiempo que se respiran aires de fiesta en nuestra gran Familia Madre Cándida pero a medida que se acerca la fecha del 8 el viento trae notas cada vez más intensas de color y de fuerza.
Ya hemos lanzado la noticia que se expandió en el mismo momento por todo el mundo donde estamos. Ahora vamos recogiendo ecos, invitaciones para los actos principales, percibimos que se estrechan los vínculos en la distancia, mejor dicho, me atrevería a decir, no hay distancias, la cercanía experimentada es muy impactante.
Sí, preparamos nuestro traje de fiesta en un momento muy especial de la historia; esta pandemia de covid-19 nos somete a medidas restrictivas; hay dolor, sufrimiento, muerte, crisis global, en nuestro mundo. No. No es que olvidemos todo esto cuando nos preparamos para la fiesta. Asumimos esa realidad, tal y como es, sin disfrazarla pero también queremos atravesarla con la alegría de fiesta familiar, con la esperanza, con el compromiso de aliviar todo lo que podamos el dolor de tantos hermanas y hermanos, conocidas o no, es la humanidad quien está afectada y nada puede ser ajeno a nuestra mirada y a nuestro corazón.
Por eso también nuestros encuentros van a ser en el mundo digital, con gratitud por disponer de esos medios, con el esfuerzo de muchas manos, pies y corazones que nos permiten la fiesta ante la pantalla, pero vamos a sentir el latir de América, de Asia, de Africa, de Europa …y vamos a proclamar al unísono: “Un Carisma vivo, un Camino compartido” y ese lema sí que atraviesa fronteras y acerca lejanías.
Preparemos el vestido para estrenarlo estos días: para inaugurar etapa nueva, año jubilar y por tanto jubiloso; 150 años de historia que nos empuja a agradecer el pasado, a comprometernos en el presente para alumbrar un futuro cargado de vida.
Un vestido hecho en el telar de la ilusión, de la confianza, de la valentía y la decisión firme, de los sueños y proyectos. Lo aprendimos de nuestra primera tejedora: Cándida María de Jesús, quien nos invita a seguir poniendo adornos en nuestro traje festivo: sencillamente alegres, sin miedo, valientes para el riesgo …
Se acerca la gran fiesta, apuremos a planchar las últimas arrugas, mirémonos al espejo: sí, estamos ya con el vestido adecuado. Llega la fecha. ¡Vamos! ¡Nos encontramos! ¡Una alegría inmensa poder vernos!
¡Muchas felicidades familia! Cándida María de Jesús está feliz al vernos desde sus propias redes digitales. No hay obstáculos para el encuentro cuando el corazón está caldeado. Mantengámonos unidos a ese Sol disipa toda tiniebla. ¡Vamos! ¡Es la hora de celebrar!
María Luisa Berzosa fi
1 Comentario
Disfruto con la página que se ha creado y con todo lo que se va preparando. Gracias a Dios y a la M. Cándida por esta oportunidad de vivir toda la familia Madre Cándida el 150 años de este gran soplo del Espíritu. Potenciemos que siga «soplando» como en Pentecostés.
Felicidades hermanas y laicos… en este camino nos encontramos
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