“Un carisma vivo, un Camino compartido” es el lema del 150 aniversario de la fundación de la Congregación de las Hijas de Jesús.
A pesar del tiempo transcurrido desde aquel 8 de diciembre de 1871, hoy seguimos contemplando la viveza del carisma, apreciando profundamente el ser depositarios del mismo, agradeciendo formar parte de esta Familia de la Madre Cándida, responsabilizándonos de continuar vivificándolo y experimentándolo como propio.
2 de abril, día del Rosarillo, este lema evoca la imagen del camino, de ese Rosario o camino espiritual que es compartido por tantos y que posibilita, que el carisma se mantenga como llama encendida y continúe iluminando y danto sentido a la vida de tantas personas.
El camino es un símbolo que aparece de forma recurrente en los textos bíblicos como representación icónica de distintas secuencias cargadas de sentido. El camino, como entorno clave, no como lugar de paso hacia un propósito final, sino entendiendo su tránsito como objetivo último.
De igual manera, en este lema del 150 aniversario de la fundación de la Congregación, se pone la fuerza en la idea de que recorrer el camino de forma compartida es lo que garantiza la viveza del carisma.
En los Evangelios el camino adquiere rasgos que bien podemos identificar en este camino compartido por Hijas de Jesús y laicos, un camino que es, en sí mismo, el espacio donde la identidad carismática recibida de Santa Cándida se mantiene en continua transmisión… “Un carisma vivo”.
Camino a Belén: VALOR Y ENTREGA
El viaje a Belén no debió ser precisamente fácil para María y José. El tránsito por las tierras montañosas que separaban Nazaret de Belén se torna aún más duro para una mujer a punto de dar a luz y con un asno como único medio de transporte.
De la misma forma, el viaje emprendido por la Madre Cándida y las primeras Hijas de Jesús se antojaba duro, repleto de dificultades e incertidumbre. A pesar de ello, el valor y la entrega de este grupo de mujeres las hace sobreponerse a tantos obstáculos iniciales.
“En Jesús todo lo tenemos”
Camino del hijo pródigo: ESPERANZA
Podemos leer en el evangelio de Lucas que “cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.”
Se intuye que, durante el largo periodo de ausencia de su hijo, el padre se asoma diariamente al camino, gesto que habla de la esperanza del que todo lo tiene perdido. Cuántos momentos de desolación vividos en este camino, cuánta esperanza puesta en el sueño de la Madre Cándida, esperanza que se fundamenta en la experiencia de la fe.
“Dios es nuestro padre y no nos abandonará”
Camino del Calvario: SEGUIR A JESÚS
Tras ser Jesús condenado a muerte tuvo que cargar con su cruz y llevarla al monte Calvario. En este camino del Gólgota Jesús fue ayudado por Simón de Cirene. Esta figura presenta la fórmula de seguir a Cristo y avanzar aún en el sufrimiento de cargar con la cruz. En esa actitud de seguimiento fiel a Jesús comenzó el camino de la Madre Cándida, un camino en el que la confianza plena en él, hace más llevaderas las dificultades a las que, sin duda, hubo de enfrentarse.
“Sola nada, pero con Dios todo lo puedo”
Camino de Emaús: REDESCUBRIR EL SENTIDO
El pasaje del Camino a Emaús nos recuerda que Jesús camina junto a nosotros, en lo cotidiano, a nuestro lado, tal como hace con estos discípulos. Jesús está siempre junto a nosotros, tanto que nos cuesta reconocerle. Encontrarle en el camino no significa ver algo nuevo, sino ver con ojos nuevos lo mismo que estamos viviendo y releerlo en clave de esperanza y de novedad.
“…Nuestra vida es una continua lucha; pero con la gracia de Dios, venceremos”
Que este Año Jubilar nos llene de gracia, para que nos mantengamos en este camino que no es otro que Jesús.
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”, (Jn 14, 1-12)
Mª Victoria Salinas Roldán
Directora del Colegio Santa María de Granada