Querida M. General, Graciela,
querida Superiora Provincial, Rosa,
queridas jesuitinas,
amigas y amigos:
Os transmito la felicitación de nuestro P. Provincial, Antonio España Sánchez. Con él, os comunico igualmente la cercanía y el recuerdo de tantos jesuitas de nuestra Provincia que no sólo os conocen, sino que os quieren. Me alegro muchísimo de ser el portador de ese mensaje de enhorabuena. Sabéis de sobra que nuestras congregaciones se han vivido siempre como hermanadas por una espiritualidad que nos ha enlazado en la amistad y nos ha hecho familia.
Por todo eso, qué bueno que hoy os pueda felicitar en nombre de mis compañeros, vuestros amigos y hermanos en el mismo Señor.
Pero es que además vengo con otros -si así se pueden llamar- títulos de representación igualmente valiosos. Me habéis recibido como voluntario en el que fuera Hogar Los Vergeles (Granada); hemos colaborado pastoralmente con jóvenes; hemos hecho juntos Ejercicios Espirituales; hemos discutido sobre procesos de gobierno de nuestras congregaciones; hemos dado espacio a conversaciones espirituales provechosas; incluso hemos llorado la pérdida de hermanas vuestras y compañeros míos, que hemos estimado profundamente.
Por todo eso, qué bueno que también hoy os pueda dar las gracias por haber recibido tanto de vosotras.
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