Mayo es el mes de las flores, pero también el mes de la Virgen María. Es una época perfecta para acercarnos a nuestra Madre y depositar toda nuestra confianza y esperanza en ella. La Madre Cándida, desde niña, tuvo muy presente a María. Además, gran parte de los acontecimientos más relevantes de la vida de la Madre Fundadora y de nuestra Congregación se insertan en momentos de la vida de la Virgen.
Por ello, el tema de mayo no podía ser otro que María. Como Magda Zhang, Hija de Jesús de la provincia de Asia Oriental, reflexiona, “es una nueva oportunidad para profundizar, junto a la Madre Cándida, sobre nuestra relación con la Virgen María y el amor hacia ella”.
“Que aprendamos de María a llevar la ‘Luz Verdadera’ a los demás a través de una vida en que la alegría, la solidaridad y la paz testimonien a Cristo Resucitado”.
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