Más de 500 Hijas de Jesús de todo el mundo se encontraron hoy virtualmente para reflexionar y compartir el hoy de la Congregación en la Iglesia y en el mundo; y para compartir también la vivencia de este Año Jubilar que se celebra.
La superiora general, Graciela Francovig FI, fue quien iluminó este encuentro recordando que «el 24 de septiembre de 1903, la Madre Cándida y 43 hermanas emitieron los votos perpetuos en la Congregación, después de que el 30 de julio de 1901 obtuviera su aprobación pontificia, y el 18 de setiembre de 1903, seis días antes de la profesión, la aprobación de las Constituciones por León XIII, “ad experimentum” y por tres años».
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Oración del encuentro: Guión — Power
Para la superiora general Dios quiere en este momento «que seamos verdaderas Hijas de Jesús», por eso, se ha preguntado a si misma y a las demás: «¿Vivimos alegres con la vocación que “libremente hemos escogido”? ¿Nos/me hago cargo de la elección que hice en mi vida? Porque de eso se trata. Nuestra pertenencia nos pide adultez. Un hacernos cargo juntas de la vocación que hemos recibido, por la que fuimos convocadas a este Cuerpo para servir en misión».
Además, recordó la gran llamada de la Congregación General última: seguir de cerca a Jesucristo que eligió para sí la pobreza. Y entre las llamadas de esos seis años, destacó: el discernimiento como modo de proceder; proteger la casa común y a vivir una ecología integral; responder al grito que nos llega de migrantes y refugiados; seguir insertándonos en la pastoral eclesial con los jóvenes y a caminar con ellos y el estar abiertas y en búsqueda de los horizontes y los pasos que el Espíritu nos impulse a dar como familia carismática.
Por último, Graciela Francovig citó las tres llamadas de la Iglesia y de la Vida Religiosa hoy: el camino sinodal, la intercongregacionalidad y la itinerancia.
La palabra que más se repitió en el compartir del encuentro fue GRATITUD.