A la Madre Cándida el mundo siempre se le quedó pequeño. Durante toda su vida tuvo muy presente el universalismo geográfico y social, con el objetivo de acercarse a todas las personas sin distinción de género, etnia, religión, nación o clase. La Madre Fundadora recogió esta idea en numerosas cartas, pero también en las Constituciones:
“Nuestra vocación es para discurrir y vivir en cualquier parte del mundo donde se espere mayor servicio de Dios y ayuda a las almas” (nº189). “A nuestras escuelas asistirán alumnos de distintas clases sociales. Se pondrá en la educación de los más pobres el mismo esmero que en la de los más favorecidos” (nº 206).
Hoy, las Hijas de Jesús, extendidas por distintos continentes y con el corazón abierto al mundo, siguen manteniendo vivo su deseo. El carisma universalista dilata los deseos de la Congregación según la mirada y el corazón de su Fundadora.
Descarga aquí el artículo sobre el universalismo, tema para reflexionar durante este mes de julio:
Portugués–Español– Inglés– Italiano-