Nuestra superiora general, Graciela Francovig, nos ha ofrecido ayer 8 de mayo, a la Familia Madre Cándida, un profundo itinerario desarrollando el lema de este año jubilar e invitándonos a compromisos concretos.
Nos recuerda la inspiración ante el Rosarillo en 1869, que se da en Cándida María de Jesús, también en sus seguidoras y se va ampliando la familia carismática porque ahora hay dos vocaciones: vida consagrada y laical, con la misma raíz.
Ella no podía hablar de este modo pero soñaba confiada porque no sabemos hasta dónde puede conducirnos el Espíritu si nos dejamos llevar y no sofocamos los sueños, aunque puedan parecer locuras.
Graciela, en su charla, ha ido desplegando el lema de este Año Jubilar: Un carisma vivo, un camino compartido: los rasgos que nos identifican, como son filiación y cristocentrismo; las llamadas de la Iglesia desde el Concilio Vaticano II hasta nuestros días.
Vamos revitalizando ese don que se nos dio para ser compartido y que en nuestro tiempo tiene rostro sinodal, es decir, hacer camino juntos; y la presencia de la mujer, el cuidado de la casa común, (LS) y la fraternidad universal (FT), entre otros rasgos.
Y hoy, cómo no, ha recordado el tiempo que nos toca vivir en el cual también descubrimos que somos mediaciones de la bondad de Dios, de su misericordia para tantas personas en nuestro mundo.
Y compartimos el camino que trae como consecuencia compartir espiritualidad y misión, recordando invitaciones del Papa Francisco en su mensaje para este año: vida de oración, ir a las fronteras, contemplación-acción-contemplación …
Termina la charla con una invitación muy concreta: “dar el paso cada día, porque en el camino no hay pasos cortos o pequeños… se hace camino al andar” …
Y nos compromete a ofrecer propuestas, personales y/o comunitarias que nos ayuden a seguir creciendo como Familia.
Nos ha lanzado retos importantes, que proceden de la escucha al mundo y sus necesidades, siempre a la luz de la Palabra. ¡Dejemos que nos apasionen!
Las diversas voces, palabras, intuiciones, sugerencias, propuestas… son necesarias, no nos quedemos con ganas de presentarlas; ¡es la hora! ¡es nuestra hora, Familia Madre Cándida! y sin duda van a ser bien acogidas.
Son 150 años educando a la entera persona …haciéndonos “familia”.
Tiempo de descubrir el nuevo rostro del carisma para multiplicarlo.
Seguimos en camino compartido. ¡Muchas gracias, Graciela!
María Luisa Berzosa fi – Roma