A pesar de las innumerables tribulaciones en su vida, la alegría y la gratitud llenaron el alma de Santa Cándida. Para ella, la alegría proviene de su profunda unión con Dios en la persona de Jesús. De hecho, expresó su profunda confianza y seguridad en Jesús con estas palabras:
En Jesús todo lo tenemos, y sin Él todo lo tenemos perdido
La alegría de la Madre Cándida es una indicación de su experiencia personal del amor incondicional de un Dios que es Padre, revelado a ella en Jesucristo. Sería bueno que nosotros también entráramos en nuestro corazón para buscar y encontrar el significado de la alegría real. Desde Filipinas, Leoly M. Quitorio FI nos invita, con su artículo, a hacer una reflexión profunda sobre ello.
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