Hoy, 31 de julio, es la fiesta de San Ignacio de Loyola. Para prepararnos, durante estos tres últimos días, hemos estado profundizando en la experiencia de su conversión, que es nuestra fuente espiritual. Gracias al compartir de las diferentes hermanas de la Casa de Formación de la Provincia de Asia Oriental, hemos sido conscientes de cómo la vida espiritual de las Hijas de Jesús ha estado alimentada desde los inicios por la espiritualidad ignaciana.
Santa Cándida siguió sus pasos. Desde su primer encuentro con San Ignacio, Dios abrió el sueño en ella: «Santo mío, yo quiero hacer lo que dice este libro». Como él, la Madre Cándida descubrió que Cristo también era la totalidad, el centro de su vida y de su ser.